lunes, 22 de abril de 2024

Religiosos incendios

Hay libros que salvan vidas y cambian destinos aunque no sepamos explicar los motivos. En ocasiones, entre las líneas de un texto místico descubrimos una sensualidad que apenas si tiene algo en común con lo que en ellos se cuenta expresamente. Es posible que algunos monjes, eremitas o anacoretas no abrazasen la soledad y el silencio como prácticas piadosas o de penitencia a las que, en rigor, ningún voto monástico les obligaba, sino para abandonar la sociedad de forma respetable o para protegerse de pasiones que ni eran correspondidas ni estaban bien vistas. Sus flores se han helado, pero al hacerlo se han hecho eternas y es así como han llegado hasta nosotros. Ni la más estricta vida conventual es capaz de reprimir la voluptas carnis, el deseo prohibido que nos abrasa entre la culpa y la lujuria. La poesía es la lengua común de los misterios y a ella escapa la llama de su cautiverio en forma de religiosos incendios para mantener viva una última esperanza:  mas tú, de lo que callé/inferirás lo que callo.

pues del mismo corazón
los combatientes deseos
son holocausto poluto,
son materiales afectos,
y solamente del alma
en religiosos incendios,
arde sacrificio puro
de adoración y silencio.
 

Sor Juana Inés de la Cruz


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