lunes, 29 de enero de 2024

Consejo de Maquiavelo: No conviene irritar al enemigo. Consejo que olvidó Maquiavelo: Procura que tu enemigo nunca tenga razón. Juan de Mairena, Antonio Machado

 Hoy el poder mundial está en manos de atractivos magnates y políticos que amontonan diplomas de universidades prestigiosas. Son de buena familia y las técnicas de mercadotecnia que buscan el voto de los jóvenes nos los presentan como simpáticos e incluso como chicos traviesos que se van de fiesta infringiendo las leyes que ellos mismos han firmado. Su problema es que viven fuera de la realidad, olvidan las atrocidades del pasado e ignoran las que nos amenazan. Por si fuera poco, carecen del viejo arte de la política que caracterizó a los feos gobernantes que vivieron la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, pese a la apariencia de renovación, según Thomas Piketty, la nueva generación de políticos nos ha devuelto al capitalismo patrimonial de comienzos del siglo XX, una forma de riqueza heredada que entra en contradicción con la democracia. Piketty no es el único economista que ha denunciado esta regresión, pero sí uno de los que mejor la ha documentado y divulgado. Rusia y Estados Unidos no mantienen ya ninguna lucha ideológica, pero esto no hace que el mundo actual sea más seguro que el de mediados del siglo XX. Es cierto que la ideología estimulaba la belicosidad, pero el casus belli es siempre más prosaico. Si hoy es más probable una nueva gran guerra que a mediados del siglo XX es sencillamente porque nuestros dirigentes son menos sensatos, más ambiciosos y desprecian la vieja virtud de la prudencia.

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