lunes, 29 de enero de 2024

Necesito muy poco (por ejemplo, mi tiempo). Gabriel Celaya.

La dialéctica que el arte de vivir mantiene entre recursos materiales, habilidades y comportamiento es un tema recurrente desde la Antigüedad, ya sea en los Diálogos de Platón o en los escritos que Aristóteles dedica a la tragedia, a la dicha y al infortunio. Cicerón relacionó una vida virtuosa con una ancianidad placentera. En su escrito "Sobre la vejez" podemos leer que Catón lleva bien el peso de los años y que Lelio le pregunta si dicho bienestar se debe a las riquezas y dignidades políticas que logró acumular a lo largo de su vida. Catón responde que ni “siquiera el sabio puede afrontar la vejez de manera llevadera en medio de la más profunda indigencia, pero para el necio, aún en la suma abundancia, no deja de ser gravosa”.  Con el protocapitalismo renacentista todo se volvió más complicado, lo que llevó a Josquin des Prés a componer una obra titulada “ La falta de dinero causa dolor”. 
 El arte de vivir consiste en un conjunto de prácticas, pero para que estas fructifiquen en un sujeto consciente de sí mismo se requieren conocimientos y habilitaciones previas, de ahí la importancia de la educación en una sociedad orientada a la excelencia cívica, intelectual y moral como fue la Grecia clásica. Según Menandro, "Hay un bien que nadie puede arrebatar al hombre, γ es la paideia".

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